Acaba el invierno?

Cuando como Helibrunnés pasas un invierno, se es consciente de lo que significa la falta de sol. En cuanto los primeros rayos asoman, acudimos a buscarlos sin demora. Es cuando realmente el ánimo, el cuerpo y el alma despiertan y se llenan de fortaleza.

Acompañarán así a las largas y frágiles ramas de los árboles, pues en breve asomarán los primeros brotes verdes que darán paso a un despertar intenso y colorido.

Todo ello acompañado por el fluir del Neckar, que al observarlo uno recuerda la filosófica cita:

En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos] – Heráclito

El tiempo pasa y nosotros cambiamos, como el árbol que cambia al pasar el invierno.

Primer Helibrunnés

Descubriendo las gentes de mi nuevo hogar, me doy cuenta de que es un lugar con mezcla de personas, culturas y maneras de pensar…

¡Esa mezcla sólo puede dar un resultado positivo!, aunque a veces miren a mi Rollei de reojo…

Ayer aprendí que la mezcla es cultura, paseé por el centro que desprendía un aura diferente, discutí con mi compañero de viaje y cenamos algunos de los platos elegidos al azar por un camarero Helibrunnés que no dominaba al cien por cien el idioma local. ¡Así es Helibrunna!, perfecta e imperfecta al mismo tiempo.

En los primeros meses, van pasando los acontecimientos a toda velocidad; así que lo mejor es dejarse llevar.

Desde el Este de Helibrunna

Yo, Anaé, viviendo mi primera etapa en Helibrunna, descubriendo la ciudad: los blancos y los negros. Ella prefiere ver los blancos, sin embargo otros amigos, y también su compañero de viaje, se enfocan demasiado en los negros.

El Este de Helibrunna no es ni será perfecto, quizás lo fue antes de los bombardeos, pero siempre evoca esa nostalgia de ser el primer sitio desde donde empecé a descubrir esta ciudad. Esta ciudad con chimeneas que me recuerda a mi Egara catalana.

¿Qué nos deparará este nuevo camino que empezamos juntos? Giremos ligeramente a la izquierda y continuemos nuestro sinuoso sendero…

Tejado vegetal

Todo tejado que se precie, debe ser sólido y aguantar las tempestades, para evitar que entren frío, agua, nieve o incluso el calor del verano.

Nadie pensaría que un tejado vegetal haría la misma función que uno de obra y a veces hasta mejor. Lo importante es cómo se construye y adapta a la necesidad según el entorno. Las capas de paja utilizadas y su densidad, junto a la inclinación de la estructura, son de vital importancia para repeler agua y nieve.

El detalle de la foto, es de una de las casas tradicionales de Shirakawago en Japón.

Comienzo

Todo en esta vida tiene un comienzo, ¡salvo las salchichas que tienen dos! A pesar de mis orígenes sureños, el humor que se me va pegando es el alemán. Quizás sea debido a ese afán germano por dejar huella en la historia, por lo que he pensado en ir dejando mis propias migas personales en Anaé Blog.

Independientemente del impulso que me lleve a hacer esta página, quiero que sea un lugar en el que plasmar lo que nos rodea, con un ojo diferenciador y cercano.